¿Conoce un empresario el valor de su negocio?

En ocasiones, muchos empresarios tienen una cifra en la cabeza por la que venderían su empresa basándose, muchas veces, en las inversiones realizadas y en los activos que posee dicha sociedad. Como especialistas en la valoración de empresas o negocios, dicho pensamiento es puramente subjetivo, por lo que el margen de error con el valor real del negocio es muy grande.

Valor de negocio y valor de activo. ¿Qué diferencias hay?

Como hemos dicho, muchos empresarios creen que el valor de su empresa se debe basar en su activo patrimonial. Es cierto, que el activo es una parte importante de un negocio, no es lo mismo un negocio con 20 vehículos que un negocio con 200 vehículos, pero no es la única variable a considerar.

El valor de negocio o empresa, representa el valor contable que tiene una empresa en función de la información económica, financiera y contable de dicha sociedad.

El valor de activo, es el valor real que tiene el activo (muebles, vehículos, activos intangibles, viviendas, maquinarias) en función de sus características y el estado de conservación.

Coste de oportunidad de no realizar una valoración de empresa o negocio.

Entiendo coste de oportunidad como la alternativa a la que renunciamos por la toma de una determinada decisión, desconocer la valoración profesional de una empresa nos lleva a dos posibilidades.

  • La primera de ellas, que el valor de un negocio sea superior a lo que un empresario piensa, por lo que, existe la posibilidad de vender por debajo de precio de mercado en caso de no realizar dicha valoración.
  • La segunda de ellas, que el valor del negocio sea inferior a lo que el empresario piense, por lo que, existe la posibilidad de sobre valorar la empresa y que no haya posibles compradores, o que, a la hora de negociar, no se sepa cuáles son los límites.

En este sentido, en ocasiones puede pasar que se pierda una oportunidad de compra o de venta de un negocio, por no contar con una valoración profesional, por ello, recomendamos siempre disponer de la opinión de un tercero ajeno a la transacción que aporte un valor objetivo y profesional al negocio a valorar.

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